ÉMILE de BRETEUIL, Marquesa de Châtelet (1706-1749), traductora de Newton.
Émile er
a marquesa y se dedicaba con pasión al estudio de las matemáticas, y en sus salones, en vez de frivolizar con cotilleos, se deliberaba con ardor sobre problemas matemáticos. Nació en Francia, estudió a Leibniz y Newton, tradujo al francés los Principa de Newton y contribuyó a divulgar los conceptos del cálculo diferencial e integral.
Émile no respondía al prototip
o de belleza de su época pues ya de niña era muy alta (1,65m.) y tenía las manos y los pies grandes. Tal vez por esto, su padre, pensando que no iba a casarse, se preocupó de que recibiese una excelente educación. Muy aficionada a la lectura, cuando empezó a estudiar a Descartes su padre se quejaba de que Émile no entendiera que ningún gran señor se casaría con una mujer que estuviera leyendo todo el día. Sin embargo, a los 19 años se casó con el marqués de Châtelet y fue después del nacimiento de su tercer hijo, con 27 años, cuando recomenzó a estudiar matemáticas.
En el Café Gradot de París, se reunían matemáticos y científicos. Se le prohibió la entrada por ser mujer, y ella mandó que le confeccionaran unas ropas de hombre, y con sus piernas enfundadas en calzas y calzones logró entrar vitoreada por sus colegas.
Escribió Las instituciones de la física, libro que contiene uno de los capítulos más interesantes sobre cálculo infinitesimal.
MARÍA GAETANA AGNESI (1718-1799), matemática, lingüista y humanista.
A pesar que durante el renacimiento se consideraba que el estudio no era apropiado para las mujeres y que constituía un deshonor que una joven que 
podía ser buena esposa, madre y cuidadora de su casa y de su marido, se introdujera en el mundo de la cultura, en Italia fue una época especialmente fructífera en lo que se refiere a la dedicación de mujeres a la ciencia. Destacan: Elena Piscopia (catedrática de matemáticas en la universidad de padua), Diamente Medaglia, Mª Ángela Ardinghelli y sobre todo María Gaetana Agnesi.
Su padre era profesor de matemáticas de la universidad de Bolonia y se había propuesto dar a sus 21 hijos e hijas, de los que María era la mayor, una buena educación. María fue una niña muy precoz y dotada extraordinariamente para las ciencias y las humanidades. A los nueve años de edad hablaba perfectamente latín, griego, hebreo, italiano, francés, alemán y español.
Su carrera como matemática la ocupó durante veinte años. Publicó una colección completa de 190 artículos sobre ciencias naturales y filosofía titulada Proposiciones Filosóficas. Se dedicó al estudio del Álgebra y la Geometría y publicó la Instituzioni Analitiche, su obra más importante como matemática. Esta obra constaba de dos volúmenes, el primero dedicado al álgebra y la geometría y el segundo a los nuevos conocimientos sobre cálculo diferencial e integral.
